Diciembre se caracteriza por ser un mes lleno de emociones, reuniones familiares, cenas de empresas o con amigos, donde celebramos todas las alegrías que nos ha dado el año. Y también fechas de nostalgia y recuerdos de tiempos vividos.
Suele ser una costumbre bastante generalizada el hacer planes, promesas y buenos propósitos, con la intención de corregir determinados hábitos negativos o cambiar ciertas actitudes viciadas que nos han creado problemas. En muchos casos, relacionadas con la salud: perder peso, dejar de fumar, comer de forma más saludable o hacer ejercicio.
La lista de propósitos de algunas personas puede ser interminable… Sobre todo, es importante buscar propósitos realistas, específicos y no demasiados.
No vale de nada marcarnos metas demasiado optimistas si no vamos a poder cumplirlas y abandonar a la primera de cambio. Así que amig@, no vale sólo con decir “¿qué vamos a hacer?”, sino el “¿cómo lo vamos a hacer?”. Coge papel y boli (o lo que tengas a mano) y planifica. Aprovecha tu tiempo que es tu bien más preciado. Conseguir tus metas dependen en buena parte de ti.